lunes, 30 de agosto de 2010

rehilando besos

Los besos bailan
como cintas de deseo
en un sueño de luz tenue,
desprenden
mariposas
y mecen el silencio,
rehilando la magia deshecha
del cuidado.

domingo, 22 de agosto de 2010

paisajes de Cádiz

El mar mece sus olas
porque siente al viento de corazón,
las aguas se recogen acariciando la arena
y volviendo a su centro
en un eterno movimiento de sal y sol,

donde trayéndonos un sueño
como manto azul
nos cosquillea de calma
y nos volvemos mar,

las gaviotas acompañan
silenciosas las visiones
con su blanca paz
posandose
en la risa del inicio
de las olas.

-------------------------

Los eucaliptos
palmean dejando su esencia
en una música
con los grillos que imitan el sonido de las estrellas,

y se acompasan con la mística del buho
que es como la noche y mensajero de la luna
que me arropa y respira
después del dolor del que nacemos

jueves, 12 de agosto de 2010

Son, sólo palabras.

Son, sólo palabras. La vibración de incertidumbre que sacude nuestros oídos y como pirañas multiversales del tiempo. Un eterno remolino, que creamos emitiendo nuestra búsqueda.

Un agujero negro que construye nuestra estrella, que precipita de nuestro cuerpo desde un centro misterioso, al infinito innombrable, musical, desde una certeza Universal o más lejana y cercana.
Una rueda que no deja de girar, desde un pasado insaciable, tan remoto que tampoco queda nombre, son, sólo palabras.

Hasta llegar al juego y su son, sólo un juego y su paz.

lunes, 9 de agosto de 2010

Llorando, el violín, llora

Llorando el violín, llora
en el silencio del corazón
estrellando en notas una canción

se ha desnudado en agua
de su alma brota la voz

las tormentas y remolinos
ahogaban su dolor

se extienden en el impulso
que-dando en suave candor

como una barca danza
cantando su interior,

su pañuelo blanco, el aire lo voló
acariciando los astros brilló.

Llorando, el violín, llora,
las lágrimas de la pasión
sembrando en los que escuchan,
todo su amor.

domingo, 1 de agosto de 2010

girasol rojo, tambor sin mano

Río rojo,
compás de ave
de cielo vibratorio,

cierne el ciclo de las estrellas,
como el brote del girasol

tiritando de amor la nota infinita
y oscura,

propagándose sin nombre ni voz
con ventanas como ojos

y labios sin tiempo ni espacio
del silencio beso

la flor de lluvia
tambor sin asir