Suenan sinuosas las hojas
sobre el silbido del viento,
son palabras que cantan su sueño
porque el frío le descubre silencio
y se sacude y se suelta en su gesto,
se sangra solo, sintiendo
su color del tiempo...
con ellas se viste
de sonata de invierno.
Les susurra en soplidos
su amor secreto,
y se mecen en surcos muriendo
suntuosas sonríen
para que escuchemos
la voz dormida de sus besos.
martes, 25 de octubre de 2011
domingo, 9 de octubre de 2011
Música, acaríciame lo sagrado.
Música, acaríciame lo sagrado
méceme en el pulso
que se doma de tu presencia
de amor continuo.
Bésame la fuente que te nazco
para ser como tú,
madre que cura mi enfermedad.
Afíname de tu belleza fluida
para amarte como eres
para escucharte clara
en el estremecer de mi alma.
Recuerdo tu vientre, caricia de color
tu baile haciendo el amor,
el viento embriagador de tu canto
cuando me aventuro en tocarte,
y un éxtasis de felicidad me invade
cuando juego ejercitándome del dolor
para amar lo sencillo de todas las cosas
musicarlas como haces tú,
y ser correspondida.
Haydn, Joseph 4th violin concerto in G-dur
sábado, 1 de octubre de 2011
Bailame poemas
Me bailan en los ovarios poemas
que escuchan la música de tu corazón
río de vida,
a través del deseo que te tengo,
irrigador de mi jardín
ritmo placentero de mi flor dormida,
luz que se yergue en mi sangre,
boca de amanecer sinfónico sobre mis pechos
-montañas de tu fuego-
huracán juguetón que me nace
desnuda y vulnerable
lo más hermoso y terrible,
pósate de nuevo en mi sexo
sacúdeme de pulso mi piel
para perderme en la estrellas
y encontar brotando la ansiada libertad,
capullos de calor de tu recuerdo
que no cese el aguacero
y no dolerme la carne que te extiende
con la luz de mi seno musical
que te escucha a través de mi sangre.
Beethoven Symphony No.2 in D major, Op.36 (1)
que escuchan la música de tu corazón
río de vida,
a través del deseo que te tengo,
irrigador de mi jardín
ritmo placentero de mi flor dormida,
luz que se yergue en mi sangre,
boca de amanecer sinfónico sobre mis pechos
-montañas de tu fuego-
huracán juguetón que me nace
desnuda y vulnerable
lo más hermoso y terrible,
pósate de nuevo en mi sexo
sacúdeme de pulso mi piel
para perderme en la estrellas
y encontar brotando la ansiada libertad,
capullos de calor de tu recuerdo
que no cese el aguacero
y no dolerme la carne que te extiende
con la luz de mi seno musical
que te escucha a través de mi sangre.
Beethoven Symphony No.2 in D major, Op.36 (1)
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