sábado, 11 de enero de 2014

Mi niño

Mi cuerpo vibra,
siento la irrigación de tu cariño
el calor de tu vida que vive en mi,
con una fuerza indescriptible.
Me da el placer de la paz
que siempre anhelé:
el amor
que está en mi,
y tú enciendes con tu boca,
con tu mirar,
que da valor a mi cuerpo
donde flota mi alma y vuela
elevándose,
dejando espacio...

Y en cada nota del tiempo
siento tus yemas acariciándome,
iluminando mis piernas,
suavizando mis muslos
tonificando mi vientre
almohada en tu oído,
orígen posible tuyo
motivo de tu amor por mí.

Escuchas la vida que me das
y la vida que te entrego
cuando dejamos espacio
a las caricias, a las manos
a los ojos y los labios
que nos crean,
y nuestra alma que se enlaza,
mi niño.