A Maite, con mucha amistad, por su hermosa alma de delfín.
Los delfines saltarines
plateados querubines
se hicieron fuertes
en su hermosura
en la escucha profunda
de sus ondas marinas.
Almas danzarinas
del reino del beso
música pura
que acaricia el terciopelo
y lo encarnan en vida y sueño.
Ellos silban en silencio
a corazones,
risueños
les brotan de colores
les navegan en abismos
de perlas que fluyen.
Son juguetones
que al son de sus dones
aletean sonrisas
dibujan canciones, brisas
despejan la oscuridad dañina
y emergen la magia, en luz salina.
Delfines de plata cristalina
rayos ligeros de sangre divina
que abren océanos sin miedo
y llenan de amor su cuerpo entero.
Delfines de vuelo sincero
artistas que pintan
el secreto eterno.