A Marc, guitarrista del mar,
con amor y amistad
la violinista de la paz.
La guitarra es una caja estelar
su vientre vierte galaxias,
su sangre de jilgueros encanta
con voz que en las caracolas descansa
el trino que el trovador levanta,
su sonido de mar nos impregna el alma.
Los dedos de su garganta en fulgor
las cuerdas cantan con rojo candor,
soltando al viento aliento en agua
y beben los pies que danzan
nadando en flamenco, nutriendo el pecho,
salpican las gotas del sueño.
La guitarra es una jarra de palmas
las palomas y palabras acompañan,
a la música de sangre plateada
que hierve en los pasos y calma
que se siente por dentro y se escapa.
La guitarra es una galaxia,
un fuego y un agua
que nos limpia y nos besa las entrañas.