A mi amigo Samuel mago del color,
con mucho amor.
Pintura: Samuel Tutusaus www.pinturacurativa.blogspot.com
Una vez fui pez de fuego, jugaba con los corales y las algas como si de una fiesta se tratara.
Bailaba en un universo de sal como de estrellas, y sentir el agua en mi piel mientras daba piruetas y movía mis aletas era un fresco placer.
Cuando había corrientes marinas aprovechaba a dejarme llevar por la buena certeza, todos nos movíamos a gran velocidad, como si fuese un tobogán interminable, era un transporte gratuito que nos daba la mirífica mamá del agua. Cambiábamos de mares templados a fríos para alimentarnos del plancton. No había de qué preocuparse, pues teníamos todo a nuestra dispoición: unas aletas, un agua, un corazón acompasando las olas, una fiesta, un oxígeno y la madre misteriosa del agua.
A veces me acuerdo de cuando fui pez, y viene a mi ese amor en la música marina y mi universo vuelve a ser mar, con la certeza de una creatividad de paz.