Tengo el útero de deseo cargado,
de luz incandescente, de rumor vivo
para albergarte en mi calor callado,
y estallen mil estrellas fugaces,
besando tu alzamiento de espada,
en llanto alegre desasosegado,
en la lucha donde bailas y bailo,
se escucha la respiración de mar bravo,
y la magia de nuestra carne de sueño
nos enciende el alma, la vida, el deseo.
Nuestro cuerpo navega alucinado
te siento en mis caderas, dulce ondulación
el temblor donde no me hallo
y un torrente de ríos humedeciendo
palpita en mi piel, mis ojos y labios
y en el camino del cuerpo tuyo caigo
entonces toda fascinación es visible,
porque todo lo que me toca eres tú
y te corresponde:
tu mano hecha para mi redondez,
tu oreja para mi lengua cantando
mis brazos para tus abrazos
tus ojos de miel en los míos pardos
encienden mi corazón
por la belleza de que me calo,
tengo el pecho y el sexo cargado
de tu amor que me danza la ilusión
en el baile en que nos entregamos.
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