Los niños nos salvan
ellos tienen en las manos, en el pecho, en la vista y en los labios
una constelación
como un abanico colorido de ojos,
el secreto vivo de la ternura inmensa
que alumbra
lo que siempre nace.
Cuando nos abrazan,
nos brota el recuerdo
y un remolino de amor nos despierta
y arrasa los sueños tristes del cariño,
los lenguajes establecidos,
la quietud opaca de los pavos reales,
y nos invade un aire de danza alegre,
la brisa creadora del silencio
que canta el calor de las estrellas;
y las mariposas de agua se escapan
haciendo rondas de inocencia
se lanzan mimosas a besarnos
abriéndonos las manos, el pecho, la vista los labios...
que agitan más sueños de otros seres velados.
3 comentarios:
Y todo es verdad en tu poema. El terreno de la infancia es donde se abonan los sueños y la esperanza.
Un abrazo enorme
Bellísimo Noelia.
¡Magnífico!
Has traducido en palabras toda la belleza, verdad y cariño del niño.
¡Un beso!
Hace tiempo no visitaba este blog.
Me encanta!!y este poema!!.
El lenguaje de la ternura nos nace siempre y cada vez sonreir como niños.
Te invito a pasar por el blog en donde escribo :
www.monologosalviento.blogspot.com
Saludos!!
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